Evaluación de la toxicidad de diferentes matrices (fundamentalmente acuosas, o que puedan diluirse finalmente en agua), simples a complejas, naturales a antrópicas, por lo que se evalúa desde la toxicidad de metales pesados, metaloides, sustancias orgánicas de interés industrial, plaguicidas (ingredientes activos y formulados comerciales), hasta muestras ambientales (aguas superficiales, de poro, subterráneas, efluentes industriales, lixiviados, etc.). Asimismo los bioensayos son muy útiles para evaluar un proceso, por ejemplo la decontaminación de un efluente, la remediación de un cuerpo de agua, etc. La gran ventaja que tienen los bioensayos en relación a los parámetros físicoquimicos es que dan una respuesta integrada, toxicológica, cuantificable a través de la medición de efectos letales y subletales, acerca de la calidad, por ejemplo, de un efluente o de un cuerpo de agua, sin necesidad de realizar análisis físicoquimicos muy costosos y complejos, al menos en una primera instancia o tal vez como resultado final dependiendo de los objetivos del estudio.