“El Andariego” es un proyecto de la Escuela de Humanidades que nace de la
intención de generar un movimiento local de democratización de los bienes culturales,
acercando el mundo del arte a la comunidad educativa de influencia de la UNSAM que se
encuentra en condiciones de vulnerabilidad social. A su vez hacia el interior de la propia
institución , se integra al Programa de Voluntariado Universitario, en el cual se reconoce
la posición privilegiada que tienen los estudiantes universitarios; para que a partir de la
toma de conciencia de la ubicación social que tienen se logre compromiso y vinculación con
la comunidad, para que a partir de esa conciencia se genere un servicio que pueda de algún
modo constituirse en una devolución simbólica de lo recibido en ese espacio de privilegio,
ya que la distribución de posiciones dentro del orden social es marcadamente desigual. Este
signo de reconocimiento y conciencia social atravesará toda la lógica del proyecto, dado que
está pensado como un modo de acercamiento a universos simbólicos que son los que mediatizan
y dan sentido a las experiencias humanas.
Formula como objetivos explícitos “la formación de espectadores, teniendo en cuenta
que quien pueda convertirse en un buen espectador del arte tendrá una mejor percepción de la
realidad que lo rodea” considerando que “el aprendizaje tiene como meta
principal la inserción del individuo en la cultura”. (1)
Está dirigido a alumnos del primer ciclo de EPB (1º, 2º y 3º año) de zonas de atención
prioritaria de la localidad de san martín, cuya población se encuentra en condiciones de
deprivación socioeconómica y cultural. Estas condiciones limitan el acceso al universo
simbólico y a ciertos elementos de las manifestaciones culturales.
Se trata, entonces, de acercar a los chicos al arte desde una perspectiva diferente a la
habitual empleada en las escuelas, es decir, no con el objetivo de que produzcan obras o se
conviertan en artistas sino desde la apreciación de obras artísticas, ya que ésto actúa como
elemento estimulador del juicio crítico respecto a la realidad social porque se fomenta el
desarrollo de la interpretación. la idea que sostiene el andariego es ofrecerles a los niños
diversos tipos de experiencias que tengan que ver con hechos artísticos. “No para
que todos sean artistas, sino para que nadie sea esclavo.” (2)
El Proyecto “El Andariego” materializa además uno de los propósitos de la UNSAM
de lograr trabajos interdisciplinarios, conjuntos e integrados por distintos actores.
Procura incentivar propuestas de trabajo que articulen diferentes áreas, de manera que desde
cada campo de conocimiento específico se aporten diferentes puntos de vista y ejes de
análisis al trabajo conjunto, enriqueciendo no sólo el resultado final de esta experiencia
interdisciplinaria en concreto, sino también enriqueciendo el desarrollo de la propia
práctica en cada área en particular. Se trata de un trabajo conjunto entre los responsables
de la Carrera de Licenciatura en Psicopedagogía y los responsables del Centro de
Investigación y Producción en Teatro de Objetos (CIPTO).
Otro aspecto en el que desde la Universidad se enfatiza es lograr propuestas que generen
una vinculación entre ésta y la comunidad en la que se encuentra. En este sentido los
alumnos de la Universidad logran una mayor articulación de los saberes con la práctica y se
involucran en un trabajo de impacto en la comunidad. Concretizando lo enunciado como misión
de la UNSAM: “Brindar formación de calidad, integrando enseñanza, investigación y
experiencia, y realizar transferencia de conocimientos y asistencia al sector público y
privado, para mejorar las condiciones sociales, económicas y culturales de la
comunidad”.
A principios del año 2004, el proyecto “El Andariego”, comenzó a abrirse paso
por la sede de la Escuela de Humanidades de la Universidad Nacional de General San Martín,
dando origen a un trabajo conjunto entre el Centro de Investigación y Producción en Teatro
de Objetos (C.I.P.T.O.) y un grupo de alumnos que cursaban asignaturas de segundo y tercer
año de la Licenciatura en Psicopedagogía.
De esta forma, nace una propuesta de trabajo interdisciplinario.
Cuando “El Andariego” se estaba gestando, el C.I.P.T.O. se encontraba también en
pleno nacimiento, no estaba consolidado, por lo que la integración en un trabajo conjunto
generaba incertidumbre, presentaba el riesgo de confundir la propia especificidad. Por esto
se generaron al interior del mismo discusiones sobre cómo debería ser la articulación con la
Licenciatura de Psicopedagogía, existía cierta “resistencia” a elaborar una obra
artística (en este caso, la obra de títeres) estrictamente en “función de…”, a
modo de una creación artística a pedido.
Lejos de eso estaba la propuesta de “El Andariego”.
Se contaba con el aval del equipo de la Licenciatura en Psicopedagogía, ya que se compartía
el sentido de utilizar el arte en una experiencia educativa planteada desde la apreciación y
no desde el lugar de la producción; y el convencimiento de que el arte es un mediatizador
del aprendizaje y la apropiación cultural.
Los coordinadores del proyecto se abocaron al trabajo sobre la Obra de teatro de títeres
“Historias del Monte” realizada por el C.I.P.T.O. sobre una adaptación de
cuentos de Gustavo Roldán en versión libre adaptada por Tito Lorefice. Se discutió en
conjunto sobre la temática de la obra, que por otra parte estaba vinculada a temas
comprometidos en la experiencia de vida de los chicos: como el miedo, la discriminación, la
aceptación de “el otro”, la identidad, entre otros.
En su primer año, 2004, el Proyecto se llevó a cabo en 9 escuelas, en un total de 33 grados
con un promedio de 30 chicos en cada uno. Es decir que, cerca de 990 alumnos participaron de
la experiencia.
Una primera etapa, hacia adentro, corresponde a la del diseño y planificación, la
convocatoria a los alumnos para participar de la experiencia y sumarse al trabajo del
voluntariado la capacitación de las talleristas.
Una vez conformado el grupo de alumnos voluntarios, se reunen periódicamente en el campus
universitario, junto los responsables del Proyecto para realizar distintas acciones con el
fin de disponerse para los encuentros con los chicos. En los encuentros se realizan
ejercicios de trabajos corporales, juegos que desarrollen la capacidad de escucha, que
permitan conectarse y comunicarse con los otros sin mediación de la palabra. Otros
encuentros se realizan para preparar las actividades a desarrollar con los niños; se trabaja
con la anticipación a través de la imaginación de las situaciones posibles que se
presentarán, se discuten y elaboran propuestas y estrategias de intervención por parte de
las talleristas y también se planifican los juegos, actividades y materiales que llevarán
como propuestas a los talleres que desempeñarán en el aula. De este modo confeccionan una
caja cada para cada pareja pedagógica y en ella incorporan todos los recursos que podrían
necesitar en la práctica.
En un segundo momento los referentes del Proyecto hacen los contactos iniciales con las
escuelas ofreciendo la posibilidad del desarrollo del mismo en la escuela y permiten que la
escuela decida su desarrollo. Una vez aceptada la propuesta se establecen algunas pautas
para el funcionamiento del mismo. Se establecen los días en que se desarrollarán los
talleres, se informa a la docente del grado de dicho proyecto, se solicita su presencia
durante los talleres y se le entrega una planilla de evaluación, conformada por dos partes,
una cuantitativa de valoración numérica y otra cualitativa de observaciones y
sugerencias.
El último momento corresponde a la puesta en acción, al ingreso de las talleristas en la
institución y al encuentro con los chicos. Se realizan tres encuentros con los alumnos de
EPB de cada escuela participante.
Un primer taller, en el cual las talleristas, organizadas en parejas pedagógicas, se acercan
a las escuelas provistas con su caja previamente preparada. Ingresan en cada una de las
aulas presentándose como alumnas de la Universidad e invitando a los chicos personalmente a
presenciar la obra en el Teatro Tornavías del Campus Miguelete de la UNSAM.
De esta manera, se busca establecer el vínculo con ellos, ofreciéndoles diversas actividades
para trabajar en torno a sus conocimientos acerca de la idea de “teatro”, y
cuestiones que este implica para generar las mejores condiciones para los futuros
espectadores, como por ejemplo, la importancia del silencio para apreciar la obra. Para
llevar a cabo dicho propósito, no sólo se desarrollan actividades de interacción oral, sino
que también se proponen trabajos desde lo corporal, por ejemplo: juegos de imitación,
intentando que todo el grupo pueda copiar a quien se muestre como modelo a imitar; el juego
de dígalo con mímica con diferentes modalidades; juegos de expresión de estados de ánimo
utilizando únicamente el rostro, entre otros, con la intención de motivar la expresión a
través de diferentes lenguajes. De acuerdo a la situación y características del grupo las
talleristas pueden optar por una u otra actividad, y si es necesario cambiar sobre la marcha
lo que se está desarrollando.(3)
El segundo encuentro será El día de la obra. Esa jornada consiste en la presentación de la
función del “Historias del Monte” en el teatro “Tornavía”. Los
chicos de las escuelas junto a sus maestros se acercan en los micros que los buscan en la
entrada de sus instituciones. Al comienzo de la función seguramente los niños estarán
inquietos, expectantes, habrá ruido y movimiento. A medida que la obra se ponga en marcha,
el silencio se irá logrando y todos quedarán atrapados por la historia. Los ojos se
dirigirán al escenario para ver esos títeres de varillas (novedosos para unos cuantos) y los
oídos atentos para captar los sonidos provenientes de la selva chaqueña. Ese día, concluida
la obra, volverán a la escuela movilizados por el espectáculo.
En un tercer encuentro, la misma pareja pedagógica que los invitó a ir al Teatro se presenta
esta vez para proponerles rescatar sensaciones, opiniones, pensamientos, críticas de la obra
que apreciaron. Esto se lleva a cabo a través del intercambio de palabras y con ayuda de
actividades en torno a las “Historias del Monte”. Se trata de reconstruir y
narrar los hechos, por medio de dibujos de la secuencia de la obra, de poner en palabras
escritas u orales aquellas reflexiones acerca de las temáticas presentadas por los títeres,
de trabajar con las características de los animales que son los personajes de la
obra.(4)
Una vez finalizado el encuentro, los docentes de cada grupo, devuelven la planilla de
evaluación, entregada por las talleristas el primer día, en las cuales se realiza una
devolución del proyecto en general, y de los talleres particularmente.
Este marco permite salir de la lógica de la producción de la escuela y de las sociedades
mercantilizadas (propias de la racionalidad técnica) en la cual la función principal de la
enseñanza es lograr un producto, de material tangible, “mostrable”, en este
caso traducido como la posibilidad de que los alumnos realicen una “obra de
arte”, en el sentido producción material, haciendo hincapié en la existencia de las
obras de arte como cosa. La escuela está atravesada por concepciones evaluativas, es
interpelada socialmente a partir de lo que hace, por lo que el presupuesto es “si se
trabajó entonces hay un elemento material, concreto que pueda dar cuenta de ello”, de
este modo se llenan cuadernos de actividades, se realizan “muestras” de
producciones de alumnos. La producción simbólica de sentidos y significados es difícilmente
asequible, es intangible, tan sólo se materializa en aspectos de producciones o se corporiza
en las prácticas de los sujetos. La escuela ha sido siempre posicionada en la necesidad de
volver tangible los bienes culturales a ser transmitidos.
Bajo esta óptica resulta incomprensible la posibilidad del goce estético, de poder disfrutar
de escuchar música, de ver una película, admirar cuadros (o sus reproducciones) de concurrir
al teatro, leer o contar cuentos, simplemente para vivenciar y movilizarse a través del
arte. Surge la necesidad de realizar alguna actividad relacionada con los contenidos
curriculares, como análisis de los componentes de una obra de teatro, de sus personajes. Se
estudian las biografías de los autores y muchas veces se posiciona a los alumnos en la
necesidad de reproducir o de realizar “obras de arte”, como escribir cuentos con
pautas cerradas, realizar dibujos que den cuenta de lo estudiado.
La obra de arte es un símbolo, su forma artística la convierte en "signo" de una
realidad diferente. La obra es una cosa y representa a otra, se hace presente algo distinto
de lo que ella es. Una obra de teatro, como obra de arte, representa un mundo cultural
particular, ciertas obras de teatro representan mundo culturales “elevados”, a
la “cultura culta”, aquella que sólo es “de y para” unos pocos. No
son los destinatarios de este proyecto pertenecientes a ese mundo de pocos, por lo que las
obras de teatro no son parte de su cotidianeidad. Está dirigido al primer ciclo de EPB (1º,
2º y 3º año) de zonas de atención prioritaria, cuya población se encuentra en condiciones de
deprivación socioeconómica y cultural. Estas condiciones limitan el acceso al universo
simbólico y a ciertos elementos de las manifestaciones culturales.
Es necesario transmitir la cultura ya construida para que pueda ser apropiada, y de ese modo
recrearse, subvertirse, transformarse y de este modo generar nuevos elementos. Sólo se puede
construir algo nuevo partiendo de lo que se conoce. No se puede modificar, cambiar,
traspasar límites si no se conocen cuáles son esos límites y las reglas de juego.
Bajo esta óptica se propone formar espectadores, no en el sentido pasivo del término sino en
el sentido estético. Generar la posibilidad del goce de la expresión artística producida en
determinados contextos sociales y culturales. Para poder disfrutar es necesario conocer,
aproximarse a ese otro mundo. La formación de espectadores que puedan disfrutar de una obra
de arte, que logren desarrollar sensibilidad estética como un modo de acercamiento cultural
para poder incorporar mayores herramientas y así interpretar el mundo en el que se vive y
de ese modo poder transformarlo.
Plantea partir de las sensaciones, de las vivencias para poder a partir de allí construir
simbolizaciones. De la emoción a la mediatización de la misma por las palabras. Por eso se
hace hincapié en la posibilidad del goce, de disfrutar, de un aprendizaje gustoso, que
genere emociones, que mueva las pulsiones, nuevos impulsos de vida, que permitan apropiarse
de los elementos culturales. Si consideramos que estamos inmersos en un marco cultural que
está constituido por expresiones de muerte, violencia y agresión, es fundamental el
desarrollo de nuevas experiencias que vinculen con expresiones de vida, de goce. Por ello el
contenido de la obra permite identificarse con las emociones y vivencias de los personajes.
Lo que se manifiesta en las escenas permite reconocer elementos comunes con otras
situaciones cotidianas y remite a lo no dicho, por lo que facilita la identificación y la
posibilidad de referirse, de verbalizar dichas situaciones y de este modo construir
instancias que permitan mediatizar las acciones a través de símbolos y palabras. (5)
Para aprender es necesario poner el cuerpo, involucrarse por entero y disfrutar con ello.
Aprender a disfrutar de las manifestaciones artísticas implica vivenciarse como espectador,
poder “estar en el lugar de” espectador. Por ello se propone un doble trabajo,
porque para poder acompañar el proceso de aprendizaje de los alumnos de EPB es necesario que
las alumnas de Psicopedagogía que desarrollen la experiencia se hayan vivenciado a sí mismas
en el rol de espectadores.
Se trata, pues, de poner el cuerpo, de experimentar, de disfrutar y jugar. Por todo eso la
formación de las alumnas que participan de la experiencia se realiza en la modalidad de
taller, trabajando grupalmente a través de juego, rompiendo la lógica y representación del
trabajo “intelectual” propio de la Universidad. Solamente se puede acompañar el
aprendizaje de otro y la vivencia del placer si se ha podido poner el cuerpo en una
experiencia similar. Tratar de anticipar la situación, lo que puede suceder en el aula y en
la escuela; esto permite representar las escenas temidas, poner de manifiesto los fantasmas
para poder trabajar con ellos. Al representar las escenas anticipadas de lo que podría
suceder en el encuentro con los grupos de alumnos de la escuelas se pueden elaborar
estrategias de intervención y ensayarlas. Construcción colectiva del conocimiento y
contención grupal, vivenciando en el propio cuerpo la propuesta de trabajo.
La propuesta se basa en la idea de que las actividades planificadas para los encuentros son
simplemente orientadoras y no fórmulas de implementación cerradas y acabadas. Se reconoce
la dinámica de la clase como variante, indeterminada e incierta, en la que las coordinadoras
se verán en la situación de decidir instantáneamente cuál es la estrategia adecuada para
utilizar en cada momento particular con cada grupo singulares. Por esto es necesario
entrenar a las alumnas que coordinarán los grupos en la percepción de las necesidades y
características grupales. Ejercicios de escucha atenta y ampliada, de comunicación con otros
más allá del lenguaje oral, juegos corporales que permitan descubrir las sensaciones y la
comunicación no verbal con el otro son estrategias fundamentales para la formación de las
talleristas.
Después de todo, el juego y el aprendizaje son cosa seria.
El primer encuentro con los alumnos de la escuela consiste en lograr acercamiento,
familiaridad, romper con la distancia y la nota disruptiva de la presencia de
“extraños-extranjeros” en el aula, en la cotidianeidad. En este sentido las
alumnas de la carrera de Psicopedagogía pueden ser vivenciadas como visitas extrañas a la
cotidianeidad de la escuela. No sólo para los alumnos sino también para los docentes. Por
eso es que la vinculación es de Institución a Institución, salvando las dificultades
burocráticas, pero también presentándose desde las personas concretas que conforman la
Universidad a las personas concretas que hacen la Escuela todos los días. Por eso los
referentes del Programa de Voluntariado se ponen en contacto telefónico con las escuelas,
tratando de vincularse con personas referentes de la misma (Directores, Vicedirectores, en
algunos casos serán los Bibliotecarios) ofreciéndoles la posibilidad de que en dicha escuela
se desarrolle la actividad. Dejando a la escuela la posibilidad de decidir si se suma o no,
luego de realizados los contactos personales y de resolver los trámites administrativos se
pone en marcha el proceso.
Por esto se realizan actividades que permitiera la creación de códigos compartidos. El punto
de partida es recuperar, indagar las experiencias de los alumnos, sus representaciones para
poder generar un sentido nuevo a partir del diálogo, el acercamiento paulatino a los códigos
propios del arte y del teatro. De esta manera se rompe con concepciones que ponen en el
centro de las dificultades escolares las características de los sujetos, discursos que giran
en torno a la educabilidad. En los cuales se posiciona a los sujetos en sus carencias, el
modo en que las condiciones sociales económicas y culturales determinan sus posibilidades de
acceder a la cultura letrada.
Los talleres se realizan en parejas pedagógicas y tienen una duración de cuarenta minutos,
siguiendo el ritmo y estructura temporal de la clase escolar. Se inician con la
presentación de las talleristas como estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín
para generar identidad de estudiantes, el objetivo es mostrarse como iguales, generar
empatía y códigos compartidos. La invitación se hace personalmente, de persona a persona,
tratando de acercar las instituciones a partir de sus actores.
Esta “personalización” genera un grado de involucramiento diferente, ya que es
“cara a cara”, se trata de corporizar la invitación. Esta modalidad facilita el
acercamiento para construir diálogo; partiendo de los elementos cotidianos y conocidos, de
los códigos y reglas propios de cada espacio, se presenta progresivamente la cultura del
teatro en general y, en particular, la del teatro de títeres.
Con todo espacio cultural y simbólico el teatro tiene sus propios códigos, para poder
acercar a los niños a ese universo simbólico se desarrollan en el primer encuentro-taller
diferentes actividades que contribuyan a la incorporación de dichos códigos. El Proyecto
considera el juego como una actividad propia de los niños por eso se la utiliza como
estrategia para ir construyendo códigos comunes en cuánto a qué se hace y qué no en un
teatro.
También se trabajan con las emociones y con el modo en que se exteriorizan gestualmente,
corporalmente. De este modo se busca partir de lo material para llegar progresivamente a lo
simbólico.
Entonces se hace realidad … los alumnos de la EPB concurren al Teatro Tornavías en la
Universidad. Allí además de pisar la Universidad, de pisar un teatro, de experimentar
materialmente que no son geografías tan lejanas, pueden disfrutar de la obra de títeres. Es
en este momento en el que cobra vida el proyecto. El viaje que comenzó desde la Universidad
hacia la escuela ahora se traslada de la escuela a la Universidad. Y una vez allí se hace
cuerpo la posibilidad de disfrutar, de gozar de una obra de títeres.
Siguiendo el proceso, el viaje continúa de la Universidad a la Escuela. Allí tendrá lugar el
segundo taller-encuentro con los alumnos de EPB la centralidad de este encuentro es
facilitar la comunicación de los chicos, convocar y provocar la expresión. A través de
actividades y juegos especialmente preparados se busca que puedan hablar de sí mismos en
relación con los otros, poder poner en palabras lo que sienten y piensan, partiendo de la
expresión oral y luego escrita. Por esto se crea un clima de confianza y se utilizan
distintas estrategias que estimulan el desarrollo de estructuras cognitivas que favorezcan
el juicio crítico y la imaginación creadora. Estas estrategias apuntan a incrementar el
vocabulario para que ampliando el repertorio de palabras puedan elegir aquellas más
adecuadas a la manifestación de sus sensaciones, sentimientos y pensamientos. Esto
contribuye a incrementar el manejo de códigos, ampliando el repertorio cultural. (6)
Otro elemento que aparece es la intención de llevar a cabo un proyecto que sirva tanto para
vincular a los alumnos de la Universidad con la comunidad, como también para acercar a los
chicos de la comunidad a la Universidad. Esta última intención pretende que la Universidad
se presente ante los alumnos de las escuelas de EPB de la zona, que se de a conocer; que
ellos sepan que existe, que está a su alcance. Hay otro sentido de inclusión, la posibilidad
de abrir las puertas del mundo universitario, ya que, seguramente, en la representación
social de los sectores a los que el proyecto se dirige ésta aparece como algo lejano e
inaccesible. El trabajo de salir a buscar a los alumnos de EPB demuestra una Universidad no
sólo comprometida con su comunidad sino que sale al encuentro de la misma. No abre sus
puertas y queda inmóvil esperando que “se acerquen”, que vengan, que entren,
sino que pone en juego un movimiento mayor, “me acerco, te invito, voy a buscarte y te
traigo adentro”. Sentidos materializados en los hechos de la
invitación presencial-persoanl y la realización de la obra de títeres en la Universidad. Se
trabaja en el sentido de desmitificar representaciones preconcebidas que se generan sobre lo
desconocido, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de escuelas con niños en general en
condiciones educativas críticas, con riesgo de abandono y con necesidades básicas
insatisfechas. El acercamiento a un mundo cultural extraño (el ambiente universitario) es
crucial en el caso de los chicos que en general provienen de contextos familiares y sociales
en donde el acceso a la Universidad no se percibe como un hecho asible.
En el mismo sentido puede pensarse la relación de los docentes de las escuelas involucrados
en la experiencia con la Universidad, la posibilidad de experimentar una Universidad que se
acerca, un mundo lejano y desconocido que entra en la cotidianeidad de su tarea desde otra
perspectiva. La representación acerca de la Universidad y su relación con la comunidad, con
la escuela y otros ámbitos de la vida cotidiana está signada por la investigación y el
estudio. Tal vez muchas actitudes de resistencia, de ausencias, de no compromiso con el
proyecto por parte de los docentes y los directivos provenga de este imaginario en el que la
universidad solamente se acerca a la escuela para la evaluación, para la producción de un
conocimiento que no vuelve a ella.
Así mismo esta experiencia contribuye a formar profesionales comprometidos con la comunidad,
dispuestos a poner el cuerpo y salir a su encuentro, que conscientes de las distancias entre
los distintos mundos culturales trabajan para construir sentidos compartidos.
Hacia el adentro de la Universidad, se genera un espacio de trabajo interdisciplinario en el
que se pone en tensión el conocimiento producido, la articulación de tiempos y espacios, las
especificidades propias de las especializaciones. Genera la posibilidad de vivir una
Universidad que trabaja, a pesar de las diferencias y dificultades, intentando romper las
lógicas aislacionistas, construyendo redes. Estas redes no significan la pérdida de límites
y especificidades sino la necesidad de profundizar las particularidades para a partir de
allí construir con el otro.
1 Ver Anexo I Proyecto
2 Gianni Rodari (1999) Gramática de la fantasía., Ediciones del Bronce,
Barcelona.
3 Ver Anexo II Estrategias de Intervención
4 Ver Anexo III Actividades Segundo Encuentro
5 Referenciamos las teorías cognitivas del aprendizaje
6 Remitimos a las teorías socioeducativas desarrolladas por Bourdieu, Bernstein, entre otros
autores